"SI AL MUNDO VINO Y NO TOMA VINO, ¿A QUÉ VINO?"

viernes, 4 de mayo de 2007

CLASIFICACIÓN DEL VINO


Según Julio Eduardo Rueda, importador de vinos de J.E. Rueda y Cía., “si uno se está gozando realmente el cuento de los vinos, puede clasificarlos entre los que le gustan y los que no, así exista una categorización más técnica”.

Por esta razón, nos interesa aclarar que para disfrutar de este arte, no es necesario tener un amplio conocimiento del los tecnicismos con los que muchas veces nos encontramos al querer acercarnos a este universo.

Como Rueda anota: “Esas cosas fantasiosas que rodean a los vinos y que hacen pensar que todo esto es complicadísimo, son sólo un invento de la gente. El vino simplemente es fruta y tierra, de ahí proviene su magia”.

Sin embargo, nuestra intención es entender con mayor profundidad esta bebida alrededor de la cual, poco a poco, se ha construido una cultura apasionante y compleja; por esta razón, decidimos investigar con mayor detenimiento como se clasifican los vinos.

Según Daniel Medina, catador de J.E. Rueda y Compañía, “los vinos pueden clasificarse de diferentes formas. Por su color, su tiempo de fermentación, su añejamiento, su uva y su sabor”.

Dentro de la clasificación por fermentación se encuentran los vinos calmos, los vinos fortificados y los vinos espumosos.

Medina aclaró: “Los calmos son los que se hacen desde el mosto, el jugo de la uva, y son fermentados de manera natural. Entre estos están el tinto, el blanco y el rosado”.

Por su parte, los fortificados tienen en ellos una pequeña dosis de alcohol añadido, muchas veces de brandy de uvas. Entre estos están el Vermouth, el Jerez, el Madeira y el Oporto.

Los espumosos siguen un proceso de fermentación diferente, durante el cual se producen agradables burbujas. El nombre Champaña solo se le da a los vinos producidos en la región de Champagne, en Francia; los demás son conocidos simplemente como vinos espumosos y, por lo general, su burbuja es artificial.

“La clasificación por añejamiento, determina que el vino sea Joven, de Crianza, Reserva o Gran Reserva. Entre más tiempo dure el proceso de añejamiento, el vino será más fino, más homogéneo”, dice Medina.

Sin embargo, si el vino se deja añejando más de lo debido, se deteriorará. “Los vinos son como las personas, después de muchos años de vida nos vamos acabando, hasta que nos alcanza esa compañera de siempre, la muerte”, apunta Rueda con esa entonación romántica que le producen los vinos.

Así mismo, sean tintos, blancos o rosados, todos los vinos se catalogan según el tipo de uva que se usó para producirlos. Comúnmente, el tipo de uva se conoce como cepa.

Algunas de las cepas más reconocidas de vino blanco son Chardonay, Sauvignon Blanc, Semillón y Chenin Blanco. De vino tinto se encuentran: Sirah, Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec.

Los vinos también se pueden dividir entre dulces y secos. “Los dulces tienen mayor dulzor porque parte del azúcar de las uvas no se alcanza a fermentar antes de sacar el jugo de los tanques de acero inoxidable”, cuenta Medina.

Por el contrario, el proceso de fermentación de los secos generalmente es más largo y la mayoría de los azúcares se transforman en alcohol. Por esta razón, estos vinos suelen tener más grados de alcohol.

Para escoger un buen vino se deben tener en cuenta varias clasificaciones, sin embargo, lo que realmente importa no es lo que dicen los grandes expertos sobre el tema, sino los factores que nos atraen individualmente hacia a la bebida del Dios Baco.

Haz click para oír coplas sobre el vino:
http://jci.com.co/Mixdow

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